Peñarrubia, F. - Terapia Gestalt: "La vía del vacío fértil"


La psicología de la forma o de la Gestalt
El que Fritz Perls eligiera el mismo concepto para denominar su terapia, ha hecho pensar que existe un fuerte vínculo teórico entre la psicología y la terapia gestálticas, lo cual no es cierto. La terapia gestáltica no es la aplicación práctica de la Gestalt-psychologie alemana sino que su relación es más bien metafórica.
Psicología de la forma: Es el estudio de los fenómenos perceptivos que desarrollaron los psicólogos Wertheimer, Kohler y Koffka, primero en Alemania y luego en EEUU, trasladados huyendo del nazismo. En esta segunda etapa, trascendió la investigación perceptiva y se orientó al estudio del aprendizaje, de la personalidad de los grupos (Kurt Lewin). En sus orígenes se ocuparon de analizar las leyes de la percepción humana y la dinámica entre la figura y el fondo: de ahí “Gestalt”, que suele traducirse pro forma o configuración. Considerando el campo perceptivo como una interrelación de fuerzas, vemos cómo del campo del fondo emerge una fuerza que tiende a ponerse de relieve hasta que ocupa el primer plano: la figura. Esta figura y su fondo (indisociables) forman una composición o configuración a la que se llama gestalt. Percibimos totalidades (gestalten), y esta concepción globalizadota y unitaria de los fenómenos suponía una innovación respecto al pensamiento científico de la época, anclado en el asociacionismo. “El todo es una realidad diferente a la suma de las partes”, reaccionando así contra el dualismo del objeto y el sujeto y todas las divisiones parciales propias de la ciencia.
La psicología de la forma le ha prestado a la terapia gestalt algunos conceptos. Las dos ideas más relevantes que Fritz tomó son: figura-fondo y la de la gestalt incompleta. La primera sirvió en su momento a Perls para diferenciarse del lenguaje psicoanalítico. En este sentido es una analogía de conciente-inconciente, o darse cuenta enfocando (percibiendo) lo que antes era borroso e informe. Lo originar es el sentido globalizador, holístico, que los psicólogos de la forma descubrieron en la percepción y que Fritz aplicó a la visión del ser humano: percibir al individuo en su totalidad, con la misma pauta integradora con que el organismo tiende a mantenerse en equilibrio armónico mediante procesos de autorregulación.
Al extrapolar la ley de cierre (ley perceptiva) vemos en el impulso de toda persona la necesidad de completar su existencia. Este impulso puede malograrse, por ejemplo, por factores sociales, e interrumpir el proceso de una persona a hacer lo que quiere hacer. Sería una figura que emergió del fondo, que no pudo completarse, y que vuelve de rechazo a sumergirse en el fondo. Esto, que llamamos una gestalt incompleta, atenta contra la tendencia natural a completar la propia experiencia, y en este sentido puede ser un primer paso de desajuste, de proceso de alineación neurótica. Por otro lado si el sediento ve agua donde no la hay, igualmente una persona insatisfecha continúa elaborando asuntos inconclusos del pasado en su actividad presente, impidiendo que nuevas figuras emerjan aquí y ahora y puedan ser vividas gratificantemente para, una vez completadas, volver al fondo.
Perls en su trabajo, sistemáticamente alude a los asuntos inconclusos (unifinished business) como otra versión operativa de lo que en psicoanálisis se entiende como compulsión a la repetición. En sus primeros escritos Fritz defendía la concentración como antídoto a la acumulación de asuntos pendientes y por lo tanto perturbadores.
La tensión de lo incompleto lo toma de los trabajos de Blyma Zeigarnik, psicóloga soviética, alumna de Lewin, que investigo situaciones inacabadas, concluyendo que “la tendencia creada por las situaciones inacabadas no afecta solamente al comportamiento y a la memoria sino a la totalidad del área intrapsíquica de la personalidad”.
Kurt Goldstein, neurocirujano de la escuela gestáltica, (también trabajo en la 1ª Guerra Mundial) es la influencia más directa de la Gestaltpsychologie en Perls. Rechaza la dicotomía entre lo biológico y lo psíquico entre lo normal y lo patológico:”lo normal debe definirse, no por la adaptación, sino, por la capacidad de inventar formas nuevas”. Destacó la unidad del organismo y su capacidad de regularse, demostrando que la ausencia funcional de una parte del cuerpo es compensada por una reorganización total de las partes restantes, lo cual explica el organismo pueda seguir existiendo aunque haya sufrido lesiones considerables. A esto llamo “tendencia a la conducta ordenada” y “autoactualización”.
La influencia de la psicología de la forma puede reconocerse en general en la psicología humanista, W. Metzger (1809-1982), uno de los últimos psicólogos de la escuela de Berlín, detalla el aporte de la teoría gestáltica a la psicoterapia en seis rasgos distintivos: 1) la gestalt no es arbitraria (no se puede forzar su propia naturaleza, sólo puede desarrollarse aquello que ya existía), 2) las fuerzas configuradoras son interiores, 3) los momentos de trabajo no son arbitrarios (los seres vivos tienen sus tiempos e instantes fecundos en los que son accesibles al influjo y la guía), 4) la velocidad de trabajo no es arbritaria (el crecimiento y maduración tienen su propio ritmo y no pueden acelerarse), 5) es preciso tolerar los rodeos, 6) el proceso es recíproco.

El Psicoanálisis
Sería más certero considerar a Perls como neofreudiano que como seguidor de la Gestaltpsychologie. Aunque no completó su propio análisis de una forma convencional, tuvieron gran importancia en su desarrollo los períodos de psicoanálisis con Karen Horney y Wilhelm Reich. Perls se formó como psicoanalista y ejerció más de 20 años como tal, fundo incluso el Instituto Sudafricano de Psicoanálisis. Seguramente por esta devoción inicial al grupo psicoanalítico y a su creador, S.Freud, no perdonó la frialdad con que éste lo recibió en 1936. A partir de ahí su relacion con la teoría psicoanalítica será controvertida. La experiencia de Fritz pertenece a la gran corriente de disidentes que han creado las bases de la terapia occidental (Jung, adler, Reich, Ferencxi, Klein, etc). Perls se opone a muchos de los puntos fundamentales tanto de la teoría como de la técnica freudiana, las divergencias más notables son:
El inconciente. No es tanto que Perls lo niegue sino que propone abordarlo por otras vías, indagando el proceso de no darse cuenta en el presenta más que el contenido material de lo reprimido. Se ha dicho, en este sentido, que el concepto de darse cuenta (awarweness) gestáltico corresponde al concepto freudiano de preconciente (lo que puede ser traído a la conciencia en cualquier momento) y no al de inconciente (lo que comúnmente no puede ser traído: es tarea de la técnica psicoanalítica lograrlo). A un gestaltista le interesa más lo que la otra persona sabe o siente de sí que lo que ignora. Y en cualquier caso esto se aborda escuchando al cuerpo, a la emoción, a los fenómenos de superficie observables en el momento, no a través de la técnica analítica (asociación libre, interpretación de sueños, etc).
Perls no acepta la primacía de la sexualidad infantil ni de la represión en el origen de la neurosis, le otorga más importancia a las necesidades orales y cutáneas (hambre y necesidad de contacto), así como a lo inconcluso (lo prohibido por el entorno) como sinónimo de neurótico, de conflicto entre organismo y medio. Tampoco acepta la universalidad del complejo de Edipo ni la angustia de castración.
No considera la transferencia como motor de la cura sino como un rodeo inútil. La neutralidad del analista le resulta menos eficaz que una actitud activa que le devuelva al paciente sus proyecciones, le confronte con su ceguera actual en la relación terapéutica y le apoye en su espontaneidad.
La resistencia no es tanto algo a derribar sino una fuerza creativa a recuperar favorablemente. Perls abogaba por convertirla en asistencia.
En general Fritz aporta una visión más confiada del impulso, del cuerpo, del movimiento y la emoción. Desconfía más de la palabra y de la racionalización. No concibe la compulsión a la repetición como expresión de un supuesto “instinto de muerte” sino como una tendencia de toda necesidad de completarse (efecto Zeigarnik). No aplica la interpretación a los sueños sino que explora sus elementos para que el soñante capte su mensaje existencial. Finalmente reacciona al rol distante del terapeuta sabio y neutro (la regla psicoanalítica de la abstinencia) con una presencia transparente y humana, desde luego más adecuada a la personalidad de Fritz, a su intuición y a su liberación de aparatos teóricos constreñidores en favor de una actitud creativa aquí y ahora.
Convergencias entre Perls y los sucesores de Freud:

Jung
Niega que las actividades del niño en ala etapa preedifica sean sexuales sino de crecimiento y nutrición, insinuando que la nutrición es el origen de los demás impulsos Concepto similar desarrolla Perls en su libro “Hambre”. También critico Jung el método freudiano por determinista y retrospectivo, mientras que el psicoanálisis funcional debe mirar hacia el futuro y esforzarse en hallar el significado presente y del futuro. Fue el primero en hablar de proceso recíproco entre el paciente y el analista, resaltando lo interpersonal.
Rank
Comparte la reducción de la duración del tratamiento, los elementos del sueño tomados como proyecciones del soñante y la importancia dada al desarrollo de la identidad individual. Acortó y centró el tratamiento en aprender a afirmar la propia voluntad del paciente, en una especie de 2º nacimiento a través de la individualidad y la voluntad.  Su concepción de los problemas del neurótico como resultado de su incapacidad para adaptar o expresar su lado creativo, resulta afín con la gestalt, así como entender la terapia como posibilidad de desarrollar las potencialidades del paciente.
Ferenczi
Comparte la atención a las reaccione corporales del paciente, su técnica activa (que incluye intervenciones físicas y cálidas) y la búsqueda del propio estilo del terapeuta (elasticidad y técnica).
El autor luego resalta las convergencias con :
Adler (1870-1937)
Destacó los aspectos psicosociológicos del desarrollo humano.  Insiste en la unidad indivisible de la persona, en su singularidad, así como en la capacidad del organismo para crecer, superando los complejos. Se distancia de la teoría de la libido, rompe con Freud. Adler no compartía la opinión de que la causa de la neurosis eran conflictos sexuales o luchas entre las instancias psíquicas (ello, yo, superyo) o represión de exigencias sexuales a lo inconciente. Lo inconciente aparece poco en Adler como sustantivo, las mas de las veces es solo un atributo.
Nociones centrales. Sentimiento de hacerse valer, estilo de vida y plan de vida, en los que se expresan estrategias inconcientes del individuo en su trato con el ambiente.
Considera el déficit (la inferioridad) como motor que pone en marcha la tendencia humana universal a afirmar la autoestima, a aspirar hacia lo alto. Su concepción tiene una fuerte impronta finalista, funcional; sus preguntas no son sobre el “porque” sino el “para que” tanto del estilo de vida (estrategias de la primera infancia ante las demandas del medio familiar) como del plan de vida (orientación básica de la existencia). Perls compartía su interés en la educación pero criticó es sentido planificador como “fascinación por el futuro”.
Indagaba el estilo pedagógico de los padres. Utilizaba preguntas de evitación, para conocer lo que se quiere evitar por medio del síntoma actual; el diálogo socrático para contrarrestar el rigorismo moral, aliarse conspirativamente con el niño pequeño del paciente, ponerse del lado del síntoma y rescatar su función, lo que en otras terapias llaman “reencuadramiento” y que Adler utilizaba para mostrar al paciente su contribución activa en mantener el síntoma. Este estilo paradójico, así como el uso del chiste y el humor, resuenan en Perls y su intento de que el paciente asuma la responsabilidad de la cual, hasta ahora, había logrado sustraerse.
Karen Horney (1885-1952) Primera analista de Perls
Hace una amplia interpretación cultural de la neurosis; en sus palabras resuenan conceptos similares a los que luego utilizará Perls. Se opone a la orientación biológica de Freud (como antes Adler, Jung y Rank). Se ocupó más de la terapia que de la teoría. Destaca la importancia dada a la situación presente del paciente, no solo acentuando la situación psicoanalítica inmediata sino explorando la situación general de su vida, se aproxima a Alder, aunque le dio igual importancia a la voluntad de poder que a la necesidad neurótica de amor, resaltando el aspecto enfermo de ambas búsquedas. Afirmaba que el paciente está enfermo no sólo por lo que le pasó en el pasado sino también porque, al luchar contra ello, se fija metas que le conducen a tratar de alcanzar falsos valores. Definió la noción de “imagen idealizada” (Fritz llamaría autoconcepto) que se convierte en el “yo idealizado”. “Y este yo idealizado es más real que su verdadero yo, no solo porque es mas atractivo sino porque responde a sus necesidades apremiantes”. En esta búsqueda de gloria, la persona pierde el centro, cambia ser por parecer. Esta focalización de la neurosis en el presente es también la manera gestáltica de abordarla. Horney disiente de la concepción freudiana de la transferencia y de la compulsión de repetición. La transferencia no es una copia de la actitud que el paciente tuvo de niño con su padre, por ejem. Sobre esa base primitiva se han desarrollado sus actitudes hacia la autoridad, pero la actitud original ha sido ampliada y modificada en el curso del crecimiento por las experiencias posteriores con figuras parentales, y el cuadro transferencial definitivo es el resultado final de todas estas experiencias. Insistía que el recuerdo no era la meta de la terapia, sino que podía funcionar de resistencia. En relación con la gestalt, resaltemos la resonancia que tiene el concepto perlsiano de top-dog (y luego de autotortura) con lo que Horney llama “la tiranía del debiera”: “los dictados interiores comprenden lo que el neurótico debiera ser; se dice inconcientemente; olvida la despreciada criatura que realmente eres, lo que importa es ese ser idealizado”.
La mayor contribución es precisamente describir los efectos de las exigencias culturales en la producción de la neurosis. Con Fromm y Sullivan se les reconoce como la escuela americana de psicoanálisis (o neo-freudianos) sino también como culturalistas y ambientalistas, concepto éste que podría incluirse en la terapia de la gestalt.
Wilhelm Reich
(1897-1957)
Analista de Perls y uno de los maestros que reconoce en sus registros
Mientras el psicoanálisis de Freud separaba estructura de energía, Reich siguió trabajando en los problemas de la economíaenergética a través de la cual se manifiesta y se mantenía la neurosis. Investigó cómo en las perturbaciones psíquicas se solidificaba esta energía y se le impedía fluir, desarrollando las nociones de potencia organísmica y estructura de carácter. Reich cifra la salud anímica en la “potencia organísmica”, que no hay que interpretar literalmente, sino como la capacidad de entregarse, sin bloqueos, a la corriente de energía biológica que se descarga preferentemente en contracciones musculares involuntarias. Afecta por tanto a la relación total de un individuo con su cuerpo y con su pareja, es sinónimo de salud (capacidad de amar) por oposición a la angustia y al espasmo.
Comparte con Freud la represión de la libido infantil como origen de la neurosis, pero añadiendo su concepción marxista: “Los padres sofocan la sexualidad de niños y adolescentes, pero lo hacen inconcientemente por encargo de la sociedad mecanizada y autoritaria”. La represión de la sexualidad no se instituyo en los comienzos del desarrollo cultural, sino en una época relativamente tardía, con la propiedad privada y el comienzo de la división de clases.
Estudia la diversidad de resistencias individuales, denominando “coraza caracterial” a la organización de pautas defensivas de cada persona. En esta coraza parece ligada una parte de la energía y sirve de defensa de excitaciones emocionales. Mas tarde buscando correlatos físicos registra la “coraza muscular”. La terapia consiste en disolver la coraza y hacer que vuelvan a circular las emociones, restaurando la capacidad de ser espontáneo, sin angustia ni inhibición, esta potencia orgásmica, donde lo psiquico y lo corporal se condicionan vegetativamente y al mismo tiempo funciona como un sistema unitario. Esta superacion de la dicotomía mente-cuerpo, rescatando la importancia del segundo, influyó en Perls, quien reconoce la enseñanza reichiana en su valoración del “cómo” en vez del “qué” o del “porqué”.
Reich utiliza el diván pero presta especial atención a la respiración, las inflexiones de la voz, la postura, excepcionalmente toca al paciente para señalar la tensión en la mandíbula o el abdomen.

Otras fuentes de la terapia
Sabemos de la afición de Fritz al teatro. el adolescente Fritz, pésimo estudiante, cambia radicalmente al ingresar en el Askanischer Gymnasium donde encontró un profesorado humanista y se conectó con Max Reinhardt: “El primer genio creativo que conocí[1]”. Reinhardt nació en 1873 cerca de Viena, fue un actor y luego se dedicó a la dirección en teatro con técnicas innovadoras, muchas veces criticado por sus espectáculos de masas y sus innovaciones escenográficas, se le acusaba –como a Fritz- de  caer en la espectacularidad en detrimento del rigor, otros sin embargo, apreciaron su habilidad para componer los movimientos de masas, dotarlos de armonía. El método de entrenamiento reinhardtiano se destacaba por la escucha y la visión del recurso genuino del actor. Tenía un especial instinto para descubrir el potencial de sus actores y desarrollarlo. Respecto a Fritz, Reinhardt parece más diplomático en sus maneras, utilizándose (como modelo) a través de su capacidad plástica de adaptarse al otro. Perls modelaba la autenticidad del otro siendo él tal como era, sin otras componendas. Pero ambos sabían escuchar y extraer lo genuino de las personas. Debió ser parte del buen “ojo clínico” de Reinhardt encomendarle el rol de Mefistófeles. Identificarse y jugar cualquier rol lo aprendió aquí y no de Moreno o de otras fuentes.
Jacob Levy Moreno, su creatividad y su vocación interdisciplinaria (medicina, psicología, sociología, filosofía, antropología…) le convierten en la influencia más poderosa de la psicología humanista. No llegó a psicoanalizarse y se mantuvo crítico con el método y la figura dominante de Freud. En relación con la terapia gestalt, ambos métodos comparten el sustrato filosófico (humanismo, fenomenología), la actitud terapéutica (una relación igualitaria, desestimando la transferencia en de la relación autentica aquí y ahora), la importancia de la movilización corporal, así como de la espontaneidad y creatividad (básicas en cualquier método teatral), la exploración de las emociones no expresadas a través de actualizar la escena o la situación pendiente, el valor de la catarsis como garantía de un insight no meramente intelectual y el uso del grupo (o de los yoes auxiliares y la audiencia) como contraste, confrontación o ampliación de la conciencia del “protagonista”. A nivel técnico no cabe afirmar que el juego y cambio de roles sea un préstamo del psicodrama sino que es una herencia de Reinhardt.
También la técnica del “doblaje” es una aportación del psicodrama. El doble se sitúa tras el protagonista, actúa como él y en momentos habla en su lugar. La función de este alter ego es aumentar la conciencia del protagonista (sus conflictos internos, sus sentimientos reprimidos) y ayudarle a expresarse. En gestalt esta función puede hacerla el terapeuta aunque ni es muy frecuente dicha intervención ni suele ser de esta manera, más bien el gestaltista se guía por lo fenomenológico y7o propone un experimento (“prueba a cambiar tal frase”, “repite eso como si estuvieras aún más enfadado”, etc). Hay más similitudes en la actualidad terapéutica y en la comprensión del proceso, que en el despliegue técnico, si bien hay técnicas semejantes y reconocibles. El énfasis en al espontaneidad y en la expresividad es sin duda lo que más profundamente comparten la terapia gestalt y el psicodrama, de ahí la importancia capital del teatro en ambas.
El pensamiento diferencial de Friedlander. De su juventud bohemia Fritz rescate el encuentro con el filósofo Friedlander.  Se apoya en él para reaccionar contra el pensamiento lineal (causa-efecto) a favor de un pensamiento que tiene en cuenta los opuestos desde una posición de neutralidad. La indiferencia creativa, expuesta por Perls  sustenta la teoría gestáltica de las polaridades (en lugar de la dicotomía del pensamiento dual). Al establecer un puente entre los extremos o polos, la gestalt acentúa el valor de la diferenciación y la posibilidad de la síntesis.
Fenomenología y existencialismo. La filosofía fenomenológica es antianalítica. Dice Husserl: “regreso del discurso de las cosas, a las cosas mismas…” el pensamiento gestáltico comparte los mismos criterios descriptivos y libres de prejuicios, así como la interdependencia del objeto y del sujeto. El existencialismo acentuó este entendimiento del ser humano como un “ser en situación” un “ser en el mundo” (Heidegger) y el valor de la existencia en sí misma y por sí misma. La filosofía existencialista se remonta Kierkgaard (1813-1855) y a Nietzsche (1844-1900). No hay respuestas eternamente válidas sobre el sentido de la vida, sino cuestionamientos continuos del ser humano sobre su soledad y su angustia en su autodevenir. La esencia del hombre, no es sino aquello en lo que se convierte cada vez en virtud de su obrar. La responsabilidad y la libertad hacen posibles la dignidad humana.
Todos estos principios resultan afines a la terapia gestalt, el mismo Perls incluía a la gestalt entre las terapias existenciales, junto con la logoterapia de Frankl y la terapia del Dasein (análisis existencial) de Binswanger. A la vez criticaba a los filósofos existencialistas por necesitar de apoyos teóricos. Buber (1878-1965), su enfoque dialógico influyó en Perls a la hora de sustituir el vínculo transferencial psicoanalítico por el encuentro dialogal, el contacto y la realción puntual. Desde que se popularizo la formula lapidaria de Simkim: “Gestalt= yo-tú, aquí y ahora” Buber ha entrado a formar parte de nuestras referencias gestálticas. Las referencias a los autores existencialistas parecen haber entrado en la gestalt de la mano de Laura Perls.
Perls alude a los nuevos instrumentos intelectuales: el holismo (concepción de campo) y la semántica (el significado del significado) con los que se va a oponer al pensamiento pscioanalítico.
La semántica general de Korzybski. Esta teoría subraya la relacion existente entre el modo de pensar de un individuo y su manera de expresarse (Petit). Las conocidas premisas de Korzybski: el mapa no es el territorio (ni lo expresa en su totalidad) o el mapa representa al cartógrafo, fueron tomadas metafóricamente por Perls para señalar que la experiencia no cabe en las palabras con que se expresa, el lenguaje es una representación convencional que no abarca los hechos en su totalidad sino que mas bien refleja la personalidad de quien habla (el cartógrafo). Aquí coincide la importancia que le da la gestalt a la expresión y a la comunicación no solo verbal, en terminos de responsabilizarse de lo dicho y de reapropiarse de lo proyectado.
El holismo de Smuts (Jan Smuts 1870-1930). Mayor y más directa influencia tuvo esta doctrina en Fritz en su etapa sudafricana. Holismo (del griego holos: totalidad) y define la evolución como “el desarrollo y la estratificación graduales de series progresivas de totalidades que se extienden desde lo inorgánico hasta los niveles más elevados de la creación espiritual”. Smuts reacciona contra el principio causa-efecto (que anula el progreso y la creatividad) y contra una idea de evolución basada en el desarrollo de lo ya dado y por lo tanto predeterminada, proponiendo la idea de evolución creadora. El holismo designa este factor fundamental, motor de la creación de totalidades en el universo. No es solo creador sino autocreador.

T. Gestalt {conciencia/espontaneidad}+{apoyo/confrontación} Relación
$                  $                           $                 $                     $

Freud          Reinhardt            Rogers        Zen             Buber
Psicoanalisis        Moreno              Huma-       Chama-       Smuts
nismo        nismo

No hay comentarios:

Publicar un comentario